Aquí está un nuevo estudio bíblico de la aplicación Bíblia Online, de nombre suyestivo: Orando por su elefante. Vea que tremendo se dice del poder que tiene cuándo usted sabe exactamente lo que está hacendo cuando ora. ¡Dios te bendiga!
“No hay límites a la oración”
Su perspectiva
personal sobre los espaciosos o confinados límites de la oración en gran parte
dictará cómo y qué orar, así como la efectividad de sus oraciones.
Los límites de
nuestras vidas personales de oración tienen mucho menos que ver con
restricciones bíblicas y más con las limitaciones que les colocamos.
Limitaciones como la
culpa, o tal vez permanecer en las classes de oraciones que sentimos son las en
que Dios está interessado en responder, a menudo atan nuestas oraciones o
causan que abandonemos del todo la oración. Al igual que los topógrafos que
deliitan una parcela en un terreno, tendemos a colocar límites a nuestras
oraciones mucho más tímidos que los propósitos que debían tener.
“Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el
Padre sea glorificado en el Hijo.” – Juan 14:13
El poder nuclear eternal de la oración
El Diablo no tiene la
babilidad de contender contra la oración. La oración es espiritualmente nuclear
en su naturaleza; es la materia prima cruda de Dios y su pueblo. La oración
está fuera de la influencia de Satanas. Él no tiene el poder de deformar o
influenciar la trayectoria de una oración dirigida al trono de Dios una vez que
ha sido hecha. Una vez que la oración es desatada, la oración se ueve alrededor
de la eternidad en perpetuidad, quemando ente el trono de Dios como incienso. Es por eso que la oración es tan peligrosa
espiritualmente para Satanás.
Reemplaza las
limitaciones deun mundo mortal. La oración es inmortal. No tiene limites ni
fronteras. La oración contiene un potencial ilimitado. Lo mejor que puede hacer el Diablo es esperar que usted no ore. Y
gran parte de su estrategia consiste en desanimarle a que usted ore, ya que la
oración que nunca se realiza tiene cero chances de ser respondida.
“Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los
veinticuatro ancianos se prostraron delante del Cordero; todos tenían aspas, y
copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos.” –
Apocalipse 5:8
.
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